La verdad, el plástico no me molestaba para nada, ¿sabes? Para mí, era como súper útil, lo usaba para cargar mis chunches, guardar mis snacks para la playa, y hasta en los empaques para que todo se viera bien ‘cool’. Onda, siempre llevaba mis lentes de sol de plástico, mi cepillo de dientes de plástico, pelotas y juguetes desechables… ¡todas esas vainas!
Pero un día, me topé con algo que me voló la cabeza, ¿puedes creerlo? Fue una tortuga enredada en una red de plástico. No sé si lo vi en las redes sociales, o si fue un meme, o algo así, pero la cuestión es que me pegó fuerte, hermano. Me sentí como en una misión, ¿sabes?
Así que me puse a investigar, a buscar la forma de que ningún bicho sufra eso de nuevo. Y, bro, me encantaría que nos lanzáramos a hablar de esto. ¿Tienes un rato? Vamos a surfear en esta ola de conciencia juntos.
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